De muchas voces y formas surge mi nombre. Nos esperamos como se esperan dos viejos y fieles compañeros. Soy la frontera cruzada por un tren nebuloso hacia montañas nevadas de maravillas. Aunque quieto y silencioso soy un ruidoso portento que cultiva tu imaginación. Irradio luminoso los enjambres que tras ti llegan cual embarcaciones en el plenilunio. Porque juntos hemos librado noches verbales, nostalgias derramadas y charcos para el corazón como primitivos escenarios de la vida.
Soy la arena en el viento, la primera ola del mundo que todavía se riega en todas las playas de la historia. En el ocaso, partícula atómica; en la brevedad, gigante entusiasmado estirando sus extremidades, lanzando los dados hasta las estrellas. Soy tu primer amor de ruborizadas hojas. Mar adentro con destellos en tus botes de palabras cargados. Para tu espejo, el agua del mismo reflejo. Soy el Libro; la llave de todos los tiempos; el cosmos donde igual a astros las letras se persiguen unas a otras en el firmamento. ¡Recuérdame porque te recuerdo! 23 de abril: Día Internacional del Libro. Y que sigan abiertos los portales entre páginas enteras de sabiduría consagrados.
"Los tiempos duros crean héroes".
Proverbio chino
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