Cuando aparecen son inoportunas, convierten
nuestro día a día en una incómoda experiencia. Son las enfermedades. Estas nos
encuentran desprevenidos y progresivamente nos invaden. A partir de allí, la
sensación de malestar cunde en todo el cuerpo y de inmediato nos encontramos
sin ánimos ni fuerzas para realizar ninguna actividad. Sin ganas siquiera de
salir de cama, con ausencia de cada una de las apetencias. Y mientras guardamos
reposo, esperamos a que pase la molestia y volver a sentirnos tan bien como
antes.
Hoy, muchas enfermedades atacan mientras tratamos de no ser víctimas de ellas. De vez en cuando, nuestro descuido y falta de higiene provoca que seamos blancos fáciles, mientras confiábamos en que no nos enfermaríamos. Aparte, la falta de precauciones en nuestro hogar propician las condiciones para que los agentes infecciosos pululen por doquier. Y si la falta de cuidado es grande, deriva en todo un contagio general en el entorno familiar y fuera de este, en el trabajo, el colegio, la calle. Entonces, eventualmente, las mejores medidas para la prevención quedan en nuestras manos, en la responsabilidad por protegernos y proteger a nuestra familia.
Una de las mejores defensas contra muchas enfermedades es la limpieza responsable, educando en esto a nuestros hijos para que por sí mismos actúen en pro de ello. Mucho también aportan los alimentos sanos, ricos en vitaminas para mantener altas las defensas, cocidos debidamente para su mejor absorción. Hablar sobre las enfermedades es otro recurso: cómo evitarlas, sus síntomas, dejando a un lado los prejuicios; una buena toma de conciencia es una buena herramienta en caso de enfermarse. El trato que le des a tu cuerpo es otro de los métodos con los que cuentas para controlar muchas de las afectaciones a la salud, y mientras menos expuesto estés a situaciones desconocidas o infecciosas, menos posibilidad habrá de que puedas enfermarte.
En estos tiempos de grandes movimientos de personas a diario, nos encontramos con enfermedades que se han vuelto epidemias y atemorizan por su capacidad de contagiar a muchos en pocas horas. El no ceder al miedo debe ocuparnos como principal actitud para prevenirlas. Desde luego, sé prudente, toma las previsiones necesarias, acude al médico si nota alguna novedad y ponte al tanto de las jornadas de información y vacunación cerca del lugar donde vives. De esta forma, podrás alcanzar una reacción favorable contra las enfermedades. Desde ti comienza el mejor cuidado.
Autor: Alinson Pino Bellorin
Coordinador Editorial de Educarte es Arte
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