“Invertir
en conocimientos produce siempre los mejores beneficios”. Benjamín Franklin
Para alcanzar el éxito hay que enfocarnos en
las habilidades que cada uno posee. Ingenio, creatividad, emprendimiento,
flexibilidad, intuición, análisis, resistencia, entre otros. Hacerlo con
paciencia y decisión, sin perder de vista, por supuesto,la naturaleza de
nuestras virtudes menos acentuadas. Ese es el primer compromiso que debemos
adquirir. Sin un sentido concreto, racional y material de lo que podemos hacer
y de la manera en la que podemos lograrlo, jamás proyectaremos metas claras. Se
desbordarían en presunciones, o en el peor de los casos, en perennes fracasos cada
uno de los objetivos planteados desde el inicio.
Nuestro nivel de emprendimiento depende de la capacidad de reconocer e interactuar ampliamente y de frente con los recursos individuales y grupales. Hacer uso de ellos eleva las posibilidades de ejecutar mejor las fases que apunta a un objetivo determinado y marca la calidad con la que ha de ser resuelto. Precisamente, por esto, nos debe resultar vital comprometernos con nosotros mismos, no para ceder al impulso del ego, sino para validar el proyecto deseado. Esto, aunque parezca fútil, suma responsabilidad y prudencia en el accionar. Porque asumimos de buenas a primera la realidad personal, la revalorizamos, la reconstruimos y la enriquecemos.
Por
consiguiente, todo proyecto tendrá notas de impulso y calor humano. No solo se
materializará en forma y concepto, lo hará con una visible reverberación de
nuestro carácter, lo que en el camino inspirará y atraerá a más personas. En el
fondo, cada proyecto es un compromiso con la vida y con la humanidad. Debe
servir a la realidad como una experiencia motivadora y equilibrada. El
emprendimiento tramita como una oportunidad dada al mundo, pero, igualmente,
asumiendo el interés en ejercitar el espíritu y la voluntad de quien o quienes
lo ejecutan.
Es
este compromiso una fuerza misteriosa que hace girar la rueda de las
conversiones. Para bien, sin duda. Debe regresarnos, conseguidas las metas
propuestas, a un ser con actitudes y aptitudes pulidas, con nuevos y marcados
grados de moral y ética y una convicción definida. Así que, te invitamos a
emprender cualquier proyecto bajo esta experiencia. Subirte a la tendencia del
crecer en conjunto con lo que propones, creas, inventas y descubres. Compartir
desde ya cada segundo del tiempo invertido y cada centímetro del espacio andado
como las inclinaciones de tu más alto
ser.
Autor:
Alinson Pino