Cuando el sentimiento construye. #SomosCultura - Educarte es Arte

Cuando el sentimiento construye. #SomosCultura


“El verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro para que sea quien es”.
 Jorge Bucay

     ¿Qué no se ha dicho sobre el amor? Hay una concepción del amor sin la presencia del ser humano? Preguntas nada fáciles de responder, ¿verdad? Es probable que tu pensamiento prefirió concentrarse en ese ser querido con el que compartes momentos agradables. Esta es la forma más conocida del amor. Existen también muchas otras percepciones de este sentimiento, derivadas de la experiencia de los individuos con la realidad. En muchas de las distintas y grandes corrientes históricas el amor se resume desde dos estilos de vida: el altruista y el objetivista, que no es otra cosa que el desprendimiento voluntario por un lado y el aferrarse egoísta por el otro.


     El amor puede ser visto como la actitud natural —no necesariamente romántica— del hombre por sobrevivir. Una emoción, un impulso, acción de asistir al tiempo y al lugar que nos tocó vivir con la plena conciencia de trascender. Ya el naturalista Charles Darwin, en su tiempo, hablaba del amor como la forma más elemental de vivir, que nos acerca o aleja como miembros de una misma especie, originando los cambios que nos permitirían adaptarnos y sobrevivir. Y en cada etapa de nuestra historia, como civilización, ese amor nos ha colmado con el furioso deseo de crecer y superarnos.


     Con involucrarnos en la vida ya nos comprometemos con el amor. Es una coherencia natural que garantiza acentuar nuestros rasgos personales e identidad. Tú, tus hermanos, padres e hijos son representaciones de este amor único y perduran con ello en común. Entonces, velar por esa continuidad a través del tiempo es todo el valor que necesitamos. Consecutivamente, en cada razón, creencia, ideología, costumbre y esencia derivada de nuestra perenne presencia hallaremos las señales de ese gran influjo que amplía nuestra presencia con intensidad.


     Esto es el amor. No importa que no podamos definirlo o explicarlo totalmente con palabras o señas. Mientras sea su función acercarnos sabremos que hay muchas posibilidades de que nuestros herederos sigan el camino de la realidad gracias a él. Guardemos, eso sí, la consciencia de que el amor nos compromete con el mundo. Que deja en nuestras manos la enorme responsabilidad de concertar el destino. Y, a la larga, condensar las relaciones personales en las formas más susceptibles de trascender en la historia.


Autor: Álinson Pino
Coordinador Editoral de Educarte es Arte



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